En la Biblia nos instruimos en lo concerniente a la salvación por la fe en Jesús. Por ella llegamos al conocimiento, posible
aunque imperfecto, de nuestro Padre celestial.
“Tu palabra es para
mis pies una lámpara, la luz de mi sendero” (Sal 119, 105) “Hasta hoy no os
había dado Yavé un corazón para conocer” (Dt 29,3)
¿Qué significa "conocer" a alguien?
Conocer a alguien es entrar en relación personal con él; según sea el grado de conocimiento será también el grado de intimidad.
Conocer,
según la Biblia ,
es entrar en una gran corriente de vida y de luz, que brota del corazón de Dios
y que a Él conduce.
Sólo en Jesús se da el perfecto conocimiento del Padre, sólo Él revela al Padre. “Yo os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que oís, y no lo oyeron” (Lc 10, 22) “Si me habéis conocido, conoceréis también a mi Padre. Desde ahora le conocéis y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús le dijo: Felipe, ¿tanto tiempo ha que estoy con vosotros y no me habéis conocido? El que me ha visto a mí ha visto al Padre.” (Jn 14, 7-9)
Sólo en Jesús se da el perfecto conocimiento del Padre, sólo Él revela al Padre. “Yo os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que oís, y no lo oyeron” (Lc 10, 22) “Si me habéis conocido, conoceréis también a mi Padre. Desde ahora le conocéis y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús le dijo: Felipe, ¿tanto tiempo ha que estoy con vosotros y no me habéis conocido? El que me ha visto a mí ha visto al Padre.” (Jn 14, 7-9)
Lectura de la Biblia en familia
La
lectura de la Biblia
tiene gran importancia cuando se hace en el ámbito de la familia. Reunida la familia es como mejor se hace
oración, se ofrecen al Padre los trabajos de cada día y se le encomiendan los
problemas y dificultades. La oración al Padre hecha en el nombre de Jesús es
siempre atendida y el Padre concederá lo que más necesite cada uno. Esta
oración familiar, con lectura de un pasaje bíblico, es un instrumento
inmejorable para edificar en la fe a los hijos y sembrar en sus corazones los
valores evangélicos.
Esta
reunión familiar se convertirá en foco de luz para que cada uno examine su
conducta personal, y para cotejar a la luz de la fe los sucesos y
acontecimientos familiares y extrafamiliares. La Biblia es sumamente útil
para enseñar, para corregir y para educar.
Será una buena ocasión
para abrirse a la luz de Dios y dejarse iluminar por Él. Los padres deben
intentar que estas reuniones sean libres, espontáneas y participativas. De esa
forma todos darán lo mejor de sí mismos y todos recibirán lo mejor de los
demás.
Por estas “frecuentes” reuniones pasa la vida en toda su riqueza y es contemplada con los ojos de Dios.
Por estas “frecuentes” reuniones pasa la vida en toda su riqueza y es contemplada con los ojos de Dios.
Nunca
es tarde para iniciarlas, pero su utilidad aumenta si empiezan los jóvenes
esposos y van incorporando a sus hijos cuando su edad y capacidad se lo
permite.
Otra gran importancia de la lectura o meditación dela Biblia
es para sentir la fuerza del Espíritu que robustece, anima y ayuda para que
cada uno lleve adelante su proyecto de vida, llenándola de buenas obras, de
preocupación y solidaridad por los humildes, necesitados y abandonados del
mundo.
Otra gran importancia de la lectura o meditación de
Los
padres de familia encontrarán en la Sagrada Escritura
el mejor camino para guiar a sus hijos por la senda del amor, de la libertad y
de la responsabilidad. La familia que lee la Biblia se convierte en una escuela de virtudes
humanas y espirituales, formadora de personas y de hijos de Dios.
¿Cómo se ha de leer la Sagrada Escritura ?
Escribió
el Papa Benedicto XV en su encíclica Spiritus Paraclitus lo siguiente: “Para
que el estudio, la lectura o la meditación de la Sagrada Escritura
produzca frutos de humanización y de santificación hay que acercarse a “esta
fuente sagrada” con mente piadosa, con fe firme, con ánimo humilde y con
deseo de aprovechar”.
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