Judit, es una viuda hebrea, rica y respetada por todos, de bellas
facciones, alta educación, profunda piedad y gran patriotismo. Es la heroína protagonista que da nombre al libro.Vive en Betulia,
ciudad del reino de Israel.
El pueblo de Dios, en todos sus reinos, hace
ya tiempo que volvió del cautiverio, ha
restaurado la ciudad de Jerusalén con su templo, vive tranquilo bajo el
gobierno del Sumo Sacerdote y de los ancianos, goza de paz y tranquilidad,
confiado en la protección de Yavé por la fiel observancia de su Alianza.
Nabucodonosor, rey de Nínive ansía ser
soberano y dios de todos los pueblos. Yavé es el único que puede ostentar el
título de rey de toda la tierra: “…
aplastarás a muchos pueblos y consagrarás a Yavé sus despojos y sus riquezas al
Señor de toda la tierra” (Miq 4, 13).
Envió Nobucodonosor un mensaje ultimátum “…a todos los habitantes de occidente”
(Jdt 1,7). Los pueblos de occidente despreciaron el mensaje; pero, el orgulloso
monarca, al ser rechazado, decide emplear la fuerza: “Fueron de parecer que se destruyese a cuantos no se sometieran a los
decretos del rey” (Jdt 2,3).
Holofernes, su primer general, se pone al
frente de ciento veinte mil infantes, doce mil arqueros a caballo y “una abigarrada muchedumbre como la langosta,
incontable como el polvo de la tierra, que se les agregó” (Jdt 2,20) para
someter a las naciones a la obediencia y culto de Nabucodonosor. La expedición
obtiene grandes éxitos y llega hasta el reino de Israel, que con actitud
valiente y confiada, puesta su confianza en Dios, resiste al invasor en defensa
de sus valores espirituales y nacionales. Se inicia el cerco a la ciudad de
Betulia.
“Todos los hijos
de Israel clamaron con gran instancia a Dios y se humillaron con gran fervor” (Jdt 4,9) “Toda aquella noche estuvieron invocando el auxilio del Dios de Israel”
(Jdt 6,21)
Holofernes se enamora de la bella Judit. Ésta,
sabedora de la pasión del general que le ha hecho cautivo de los encantos
femeninos, trama una acción que llevará al triunfo de su pueblo: Judit
atraviesa las murallas, consigue llegar a la tienda de Holofernes simulando que
está locamente enamorada de él, le hace beber hasta emborracharlo. “Holofernes está tendido sobre su lecho,
todo él bañado en vino” (Jdt 13, 2).
“Judit acercándose
a la columna del lecho que estaba a la cabeza de Holofernes, descolgó de ella
su alfanje; llegándose al lecho le cogió por los cabellos y dijo: Fortaléceme,
Dios de Israel, en esta hora. Y, con toda su fuerza, le hirió dos veces en el
cuello, cortándole la cabeza” (Jdt 13, 6-8)
Difundida la muerte de Holofernes entre sus
tropas, “quedaron fuera de sí por lo
sucedido, apoderándose de ellos el temor y el espanto… huyendo por los caminos
del llano y de la montaña” (Jdt 15, 1-2)
Sentido religioso:
El libro de Judit es un drama religioso. La
lucha de un pueblo fiel y servidor de Yavé contra un ejército cuyo rey, ha
osado proclamarse dios de todos los pueblos. El autor del libro de Judit quiere
ofrecer una prueba de la providencia de Yavé sobre su pueblo en medio de unas
circunstancias tan graves por la desesperada situación de la ciudad de Betulia,
asediada por el ejército de Holofernes. Dios interviene en la liberación de la
ciudad utilizando a Judit como instrumento.
Podemos achacar a Judit varios pecados:
mentira, seducción, ponerse voluntariamente en peligro próximo de pecar,
asesinato de Holofernes y usar medios ilícitos para lograr un bien. El autor
sagrado no sólo no le recrimina sino que ve en ella el instrumento que usa Dios
para castigar a los enemigos de Israel.
“Todos a una
aclamaron (a Judit), diciendo: Tú, orgullo de Jerusalén; tú, gloria de Israel;
tú, honra de nuestra nación” (Jdt 15,9) son las
aclamaciones que recibe Judit y que, siglos más tarde, se aplicarán a la
Santísima Virgen María.
Género literario
El libro está en la Biblia Griega de los LXX.
Es aceptado por las Iglesias Católica y Ortodoxa en el Canon de la Biblia, entre
los libros históricos.
Pudiera tratarse de un libro
histórico-sapiencial, lo mismo que sucede con los libros de Job, Tobías y
Ester. El autor se habría servido de un material, existente o no en el
imaginario popular, para demostrar la
providencia y fidelidad de Dios sobre su pueblo escogido, sirviéndose de la
viuda Judit que era tan piadosa como patriota. Dios tanteó hasta dónde llegaba la fidelidad
de su pueblo, permitió que éste llegase al borde del abismo y, en el momento
crítico, lo salvó.
Autor
Nada se puede afirmar, sino que el autor tuvo
que ser un judío conocedor de las Escrituras, lleno de fe en los destinos de su
nación, devoto de la Ley, que lo escribió en hebreo o arameo, cuyo original se
perdió. El teólogo Orígenes no lo conoció y San Jerónimo usó un ejemplar
escrito en arameo.
Época
Hay dos testimonios que hablan de la
cautividad como de un acontecimiento pasado. “Cuando los hijos de Israel oyeron todo lo que había hecho Holofernes…
cómo había saqueado todos los templos y los había destruido, sintieron
grandísimo miedo …pues recientemente habían subido de la cautividad” (Jdt
4,1-3) “Ahora que se han convertido a su Dios
han subido de la región en donde estuvieron dispersos..” (Jdt 5, 19). Por
tanto, hay que excluir toda fecha de composición del libro anterior al final de
la cautividad otorgada por Darío.
Texto de Judit
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