lunes, 6 de junio de 2016

122.- LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 


3 DE JUNIO 

Sagrado Corazón de Jesús


La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús es una fiesta variable (1), este año 2016 la celebramos el 3 de Junio.

El amor de Dios y el amor a Dios
El amor entre Dios y los seres humanos tiene una doble manifestaciónuna descendente que expresa el amor de Dios al hombre y otra ascendente que expresa el amor del hombre a Dios.
Dios puede ser considerado en la totalidad de las tres personas divinas o en la particularidad de cada una de estas personas y de cada uno de sus atributos o perfecciones: la santidad, la misericordia, la omnipotencia, la sabiduría, etc.
Un matiz importantísimo
El amor de Dios al hombre no es un amor abstracto, sino un amor personalizado; esto quiere decir que Dios no ama a las personas en general sino que ama a cada persona en particular, con sus circunstancias concretas, cualesquiera que éstas sean, de virtud o de vicio, de riqueza o de pobreza, de salud o de enfermedad, de alegría o de abatimiento. La persona concreta, tal cual es, vale mucho para Dios.

¿En qué consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús?
La devoción a Jesucristo puede contemplarse en la particularidad de uno u otro de sus misterios, pero siempre va dirigida a la totalidad de la persona de Cristo. La devoción puede tener un objeto especial, propio, inmediato,(rostro, corazón, cruz, clavos, etc. todas las partes de la humanidad de Jesús merecen adoración por su unión con la divina persona del Verbo), pero la devoción debe terminar siempre en la persona de Cristo. La devoción a Jesucristo es una manifestación ascendente del amor que consiste en honrar y servir al Verbo encarnado, al Hijo de Dios, que se hizo hombre en las entrañas de María.
Con esta devoción ascendente del ser humano a Cristo correspondemos al aspecto descendente del amor de Cristo al ser humano. Es la devoción a la persona de Jesús bajo el aspecto del amor que nos ha manifestado.
Honramos al Cristo total bajo un símbolo especial e inmediato: su corazón de carne. No honramos el corazón de carne separado de la naturaleza humana de Jesús, ni de la persona del Verbo eterno a quien esta naturaleza humana está unida.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús remite a la persona de Cristo, Dios y hombre verdadero que nos manifiesta su amor y nos lo ofrece bajo el símbolo de su corazón de carne.

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús hunde sus raíces en la Sagrada Escritura
Los aspectos descendente y el ascendente están presentes en la Sagrada Escritura.

Aspecto descendente:
He aquí algunos textos que manifiestan el amor de Dios al hombre
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14). La Encarnación es el Amor de Dios manifestado y entregado a la humanidad en la persona de Jesús. Así lo canta la Iglesia en el Prefacio de Navidad: “Por el misterio del Verbo Encarnado una nueva luz de tu claridad iluminó los ojos de nuestra mente”. Esa nueva luz es la revelación del amor divino al mundo en la persona de Cristo.
El Buen Pastor que conoce a cada una de sus ovejas es figura de Jesús:
Yo soy el buen pastor y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí” (Jn 10,14) “Mis ovejas oyen mi voz... y me siguen” (Jn 10,27)
Se preocupa de cada una de ellas:
Quién habrá entre vosotros que, teniendo cien ovejas y habiendo perdido una de ellas, no deje las noventa y nueve en el desierto y vaya en busca de la perdida hasta que la halle? Y una vez hallada, la pone alegre sobre sus hombros y, vuelto a casa, convoca a los amigos y vecinos, diciéndoles: Alegraos conmigo porque he hallado la oveja perdida. Yo os digo que en el cielo será mayor la alegría por un pecador arrepentido que por noventa y nueve justos que no necesitan penitencia”(Lc 15, 3-7)
El padre del hijo pródigo se alegra al volver su hijo menor y, ante el disgusto del mayor dice al hijo mayor: “Hijo, tú estás siempre conmigo, todos mis bienes son tuyos; mas era preciso hacer fiesta y alegrarse, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido hallado” (Lc 15,31-32)
Jesús nos da un espíritu nuevo: “Os daré un corazón nuevo y pondré en vosotros un espíritu nuevo; os arrancaré el corazón de piedra y os daré un corazón de carne” (Ez 36,26)
En virtud de este “espíritu de adopción clamamos: ¡Abba!, ¡Padre!” (Rom 8,15).
Jesús se da completamente, hasta entregar la propia vida: “No hay amor más grande que dar la vida” (Jn 15,13). “Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (Jn 13,1)

Aspecto ascendente
La devoción al Sagrado Corazón está implícita o en germen, en varios textos. Amar al Sagrado Corazón de Jesús es corresponder al amor que Él me tiene; siempre consciente de que será como una gota frente al mar océano. Mi amor debe ser “de corazón”, para no oír el reproche: “Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí” (Mt 15,8)
Por los frutos los conoceréis” (M7,20)
Cuando los fariseos preguntaron a Jesús ¿cuál es el primer mandamiento?, les respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Mc 12,30).
La palabra todo indica que el amor a Dios debe ser con toda la persona, y manifestarse, sin reservas, en todas las circunstancias de la vida.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando”(Jn 15,14)
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Jn 7,37)
Venid a mí todos los que esteis cansados o atribulados y Yo os consolaré” (Mt 11,28)
Las palabras bíblicas, como toda semilla, deben desarrollarse bajo la luz del Espíritu Santo. “Cuando venga el Espíritu de verdad, os guiará hacia la verdad completa” (Jn 16,13). Lo implícito pasa e ser explícito.

¿Cómo se desarrollan las verdades que en la Biblia están como semillas?
El depósito de la fe fue sellado con la muerte del último apóstol; después, ningún escrito puede admitirse como inspirado.
El Espíritu Santo mueve y guía a la Iglesia para lograr definiciones más explícitas de lo que en la Biblia es conocido sólo de manera implícita, tanto referido a los dogmas como a las devociones.
A través de los siglos, han surgido devociones que la Iglesia, aprovechando los signos de los tiempos, ha admitido, confirmado y hecho suyas con su autoridad soberana (2). Esto ha pasado con diversas devociones, también con la del Sagrado Corazón de Jesús.

La aprobación de la Iglesia
En 1765, fue aprobada por el Papa Clemente XIII la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, aunque limitada a Polonia y Roma.
Pío IX en 1856, extendió esta fiesta a toda las Iglesia.
León XIII, el 11 de Junio de 1899, consagró el mundo al Sagrado Corazón de Jesús. Escribió la encíclica Annum Sacrum sobre el Corazón der Jesús.
Pío XI escribió la Miserentissimus Redemptor Pío XII escribió la Haurietis aquas desarrollando el culto al Sagrado Corazón de Jesús.

Extensión de la devoción
Ya los Santos Padres de los primeros siglos de la Iglesia hablaron del Corazón de Cristo, como símbolo de su amor.
En la Edad Media diversos santos y santas consideraron al Corazón de Cristo modelo de nuestro amor, paciente con nuestros pecados y al que debemos reparar entregándole nuestro corazón (Santas Lutgarda, Matilde, Gertrudis la Grande, Margarita de Cortona, Angela de Foligno, San Buenaventura, etc).
En el siglo XVII la devoción estaba muy extendida. San Juan Eudes, en 1670, introdujo la primera fiesta pública del Sagrado Corazón de Jesús.
Las fuentes más importante para desarrollar los gérmenes bíblicos de esta devoción son las revelaciones de Jesús, en 1673, a la religiosa Santa Margarita María de Alacoque (3).
Otros muchos han contribuído a la difusión de esta devoción:
San Claudio de la Colombière, confesor de Santa Margarita; los jesuitas Juan Croisset y José de Gallifet mediante sus libros; el padre Mateo Crawley, SS.CC., que fundó la Entronización (4) del Sagrado Corazón en los hogares.
El jesuita Francisco Javier Gautrelet fundó en 1844 la organización denominada Apostolado de la Oración que, en palabras del Papa San Juan Pablo II “se ha distinguido por su empeño en difundir la devoción y la espiritualidad del Corazón del Redentor”.
En 1861 nace en Francia la revista El Mensajero, dedicada a promover la devoción al Corazón de Jesús.
El Beato León Dehon(5) que promovió la oración al Sagrado Corazón de Jesús bajo el aspecto de “reparación” y fundó la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús. Son muchas las Congregaciones religiosas nacidas al amparo de esta devoción.

España y el Sagrado Corazón de Jesús
La devoción y el culto al Sagrado Corazón de Jesús llegan a España a través de los jesuitas.
En 1727, el rey Felipe V pide al Papa Benedicto XIII “Misa y Oficio propio del Sagrado Corazón de Jesús para todos sus reinos y dominios”.
En 1733, el jesuita Bernardo de Hoyos recibió de Jesús la promesa: ”Reinaré en España y con más veneración que en otras partes”.
Carlos María de los Dolores de Borbón y Austria-Este (aspirante al trono de España con el nombre de CarlosVII) incorporó el Sagrado Corazón al escudo de España. Este escudo fue utilizado por los carlistas durante la Guerra Civil de 1936.
El 30 de Mayo de 1919 el rey Alfonso XIII leyó el texto de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. El acto se realizó en el Cerro de los Ángeles de Madrid, centro geográfico de la península ibérica.
Dos manifestaciones de devoción al Sagrado Corazón de Jesús es fijar su imagen en la puerta de entrada de la casa y poner su imagen sedente en el salón principal para que sea honrado por todos los miembros de la familia.

Hispanoamérica y el Sagrado Corazón de Jesús
Fueron los jesuitas los que llevaron la devoción. He aquí los doce primeros países consagrados al Corazón de Jesús:
Ecuador 1873.
El Salvador 1875
Guatemala 1895
Venezuela 1900
Colombia en 1902
España 1919
Nicaragua 1920
Polonia 1920
Costa Rica 1921
Brasil 1922
Bolivia 1825
Chile 1946


(1) Se celebra el Viernes siguiente al segundo domingo de Pentecostés.
(2) “El que a vosotros oye, a mí me oye; el que a vosotros desprecia, a mí me desprecia” (Lc 10,16) “Te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos” (Mt 16,19)
(3) Fue enriquecida con muchas visiones (durante dos años todos los primeros viernes de mes) y con diversas revelaciones de Jesucristo.
(4) La entronización es una cruzada para establecer el Reinado del Sagrado Corazón de Jesús en la sociedad por medio de la familia.
(5) El beato León Dehon, en 1877, cumpliendo su anhelo de “amor y reparación” fundó los Oblatos del Corazón de Jesús, cuyo nombre fue cambiado a “Sacerdotes del Corazón de Jesús”, (también se les llama “Dehonianos” y “Reparadores”. Su más alta aspiración es el reinado del Corazón de Jesús en las almas y en la sociedad.



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