¿Qué es la conciencia moral?
El
ser humano, incluso el más depravado, descubre, en lo profundo de su ser, una
ley que él no se ha dado a sí mismo, a la que debe obedecer porque le llama
siempre a hacer el bien y a evitar el mal. Esta ley es la conciencia moral,
según la cual la persona emite el juicio de la razón por el que reconoce la
cualidad moral de un acto concreto que ha hecho, está haciendo o piensa hacer .
Autoridad de la conciencia
La
conciencia es una ley inscrita por Dios en cada persona. Es la “voz” de Dios.
Mediante el dictamen de la propia conciencia el hombre percibe y reconoce las
prescripciones de la ley de Dios.
Hablando
de la conciencia, escribió el cardenal Newman: “La conciencia es una ley de
nuestro espíritu, pero que va más allá de él, nos da órdenes, significa
responsabilidad y deber, temor y esperanza. La conciencia es la mensajera del
que, tanto en el mundo de la naturaleza como en el de la gracia, nos habla a
través de ese velo, nos instruye y nos gobierna. La conciencia es el primero de
todos los vicarios de Cristo”.
La
conciencia moral es el núcleo más secreto y sagrado del ser humano, en el que
está solo con Dios. Nadie tiene derecho a violar el recinto sagrado de la conciencia
de las personas.
Derecho a obrar en conciencia
El ser humano tiene derecho a poder obrar siempre según el criterio de su conciencia, tomando personalmente sus decisiones [1]
Nadie
debe obligar a otro a actuar en contra de su conciencia, cuando esto se hace se
le está privando de uno de los derechos más importantes de toda persona como es
el derecho a la libertad religiosa.
“La
libertad religiosa consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de
coacción, tanto por parte de personas particulares como de grupos sociales o de
cualquier potestad humana, y esto de tal manera, que en materia religiosa no se
obligue a nadie a obrar en contra de su conciencia ni se le impida que actúe
conforme a ella”[2]
La objeción de conciencia
A
veces, determinadas leyes humanas chocan con el juicio de la conciencia de los
individuos porque son leyes injustas o porque toman medidas contrarias al orden
moral, por ejemplo: la ley civil que permite el aborto en los supuestos
regulados por la misma ley. En estos casos, los ciudadanos tienen la obligación
en conciencia de no secundarlas.
El
servicio fiel de la comunidad no debe oponerse al servicio de Dios; si se
opone, el creyente deberá recordar las palabras del Señor: “Dad al César lo
que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22, 21) y el mandato
de la Sagrada
Escritura : “Hay que obedecer a Dios antes que a los
hombres” (Hch 5, 29)
Clases de conciencias:
Recta, cuando su dictamen es conforme con la
verdad objetiva según la razón y la ley divina.
Errónea, cuando su
dictamen no es conforme con la verdad objetiva, según la razón y la ley divina
La verdad objetiva hace referencia al objeto en sí y la verdad subjetiva a la
percepción que tiene el sujeto.
Laxa, cuando habiendo falta, la
disminuye o no la admite.
Estrecha,
cuando no habiendo falta, cree que la hay. Esta conciencia se suele dar mucho
en las personas escrupulosas.
Cierta, cuando su dictamen es firme y seguro.
Probable, cuando
su dictamen es vacilante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario