viernes, 22 de febrero de 2013

62.- EL NOMBRE DE DIOS

   “Carísimos, amémonos unos a otros, porque la caridad procede de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y a Dios conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es Amor. El amor de Dios hacia nosotros se manifestó en que envió a su Hijo al mundo para que vivamos por Él. En esto está el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo...

Carísimos, si de esta manera nos amó Dios, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nunca le vio nadie; si nosotros nos amamos mutuamente, Dios permanece en nosotros y su amor es en nosotros perfecto. Conocemos que permanecemos en Él y Él en nosotros en que nos dio su Espíritu..Hemos conocido y creído en al amor que Dios nos tiene. Dios es amor, y el que vive en amor permanece en Dios y Dios en él” (I Jn 4, 7-16)

La importancia del nombre
El nombre expresa la identidad personal. Para los antiguos expresaba la identidad del ser en el universo. Se propendía a poner nombres significativos.
Estar sin nombre es ser un hombre sin valor . “Hijos de abyección, ralea sin nombre, echados a latigazos del país” (Job 30,8)
Tener varios nombres significa la importancia del que tiene que desempeñar varias funciones.
Cambiar el nombre es como aceptar una nueva personalidad. Dios cambió el nombre a Abram: “No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues te he constituido padre de muchos pueblos” (Gen 17,5); cambió el nombre e Saray: “A Saray, tu mujer, no la llamarás más Saray, sino que su nombre será Sara” (Gen 17, 15; cambió el nombre de Jacob: “En adelante, no te llamarás Jacob, sino Israel” (Gen 32, 29). Jesús cambió el nombre a Pedro: “Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto  la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16, 17-18)

Los nombres de Dios

1. “EL”, en la lengua semita, era el nombre común para decir dios. Como nombre propio designa al único Dios. “El” es el equivalente arcaico y poético de Elohim.
Los patriarcas nombran a Dios con la forma “El”, añadiendo epítetos, como: 
     “El Elyon” (Dios Altísimo),”Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de cielos y tierra” (Gen 14, 19). 
   “El Saday” (Dios Omnipotente), “Yo soy El Saday, anda en mi presencia y sé perfecto” (Gen 17, 1). 
     “El Olam (Dios Eterno), “Invocó allí el nombre de Yavé, Dios eterno” (Gen 21, 33)¸
     El Roy” (Dios que me ama), “Dio Agar a Yavé, que le había hablado, el nombre de Tú eres El Roy” (Gen 16, 13)
     “El y Elohim” muestran el nexo que puede relacionar las religiones naturales con el Dios verdadero.

2. “ELOHIM”,  es una forma semita plural; junto a ella, los israelitas, para nombrar al Dios de Israel, ponen el verbo en singular. El plural sugiere la intensificación o cumbre de la divinidad, como “un gran dios” o “el dios supremo”.   

3. YAVÉ (YAHVEH, YHWH) (El que soy)
Este es el nombre que fue revelado por Dios a Moisés- “Yo soy el que soy. Así responderás a los hijos de Israel: Yo soy me manda a vosotros” (Ex 3, 14). “Dios habló a Moisés y le dijo: Yo soy Yavé. Yo me mostré a Abraham, a Isaac y a Jacob como El Saday, pero no les manifesté mi nombre de Yavé” (Ex 6, 3)
El verbo ser designa una existencia siempre presente y eficaz, que abarca todo el universo. “Yo , Yavé, era al principio y soy el mismo siempre y seré en los últimos tiempos” (Is 41, 4) El nombre de Yavé sólo se reveló a Israel y en un contexto de presencia salvífica y personal, tomando la iniciativa única de rescatar a Israel y tomarle como pueblo elegido. El nombre de Jehová es una pronunciación incorrecta de Yavé.

4. AMOR y PADRE.
San Juan lo dice con toda claridad. “Dios es Amor”(I Jn 4, 8)
Los hombres, a lo largo de los tiempos, han tratado de definir la identidad de Dios y se han servido de grandes epítetos: Creador, Omnipotente, Eterno, Santo, etc. Todos estos epítetos son verdaderos, pero, por separado, no encierran toda la verdad de Dios; son como las caras de un poliedro, cada una es diferente y todas juntas conforman el poliedro.

¿Cuál es la verdadera identidad de Dios? 
Si nos atenemos a la definición de San Juan, la verdadera identidad de Dios es ser Amor. Un amor manifestado de múltiples maneras, sobre todo, en forma de Padre.
Podemos concluir que el Dios cristiano es Dios Amor o Dios Padre. Dios Padre es Amor porque es Padre, Hijo y Espíritu Santo. El amor trinitario revela al hombre la profundidad de la identidad del Dios Padre.

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