jueves, 28 de febrero de 2013

67.- UNA FECHA HISTÓRICA: EL 28 FEBRERO 2013




    BENEDICTO XVI ACABA DE RENUNCIAR AL PONTIFICADO

El anuncio de la renuncia
El 11 de febrero de 2013, Benedicto XVI anunció su renuncia:
“Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino….. he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado….. consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma.
Pero esto no significa que abandone la Iglesia….continuaré sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor… de una forma más acorde con mi edad y con mis fuerzas".

Sorpresa mundial
Sorpresa, por tratarse de una decisión totalmente inesperada, pero posible en el ordenamiento jurídico de la Iglesia Católica.
Así dice el Canon 332.2: "Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie".
Son tres los Papas que han renunciado al Pontificado: Benedicto IX en 1045, Celestino V en 1294 y Gregorio XII en 1415. Benedicto XVI es el cuarto Papa que renuncia.
   
Fecha histórica: 28 de Febrero de 2013
Hoy a las 20 horas se ha hecho efectiva la renuncia del Papa Benedicto XVI al Pontificado, hace 600 años que no se producía un hecho semejante.
A 17 horas, todas las campanas de Roma lanzaron sus sonidos al aire como despedida del Papa, que tomaba un helicóptero y volaba hacia Castellgandolfo, la residencia veraniega de los Papas; en ella permanecerá mientras se adapta,  en el Vaticano, el convento Mater Ecclesiae, lugar de su retiro definitivo, donde se dedicará, según sus palabras a  “servir (a la Iglesia) con la misma dedicación y el mismo amor… de una forma más acorde con mi edad y con mis fuerzas".

¿Por qué ha renunciado Benedicto XVI?
Él mismo lo dijo cuando hizo el anuncio: “…ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”. “ … por la edad avanzada”. 
Es un hombre de 85 años con la salud física muy deteriorada. Esto está claro y todos lo vemos y comprobamos a través de las imágenes que nos llegan.
La carencia de fuerzas físicas la han padecido muchos otros Pontífices anteriores y, sin embargo, no renunciaron.

¿Es que hay otros motivos? Con toda certeza, sí. Para mí, son estos:
                                       
1º Su coherencia jurídica. El Canon 401.2 dice: Se ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo.            
Se trata, en este canon del Obispo diocesano, pero Benedicto XVI se lo ha aplicado a sí mismo. Podía no haberlo hecho, como la gran mayoría de sus predecesores, pero ha preferido predicar con el ejemplo.
2º Su humildad. No se siente imprescindible. Él se ve sin fuerzas para ejercer adecuadamente su misión.  Podría seguir ejerciéndolo, pero no como pide la importancia de la misma. 
Deja el camino libre a un nuevo Pontífice que, con suficientes fuerzas físicas, pueda conducir la nave de la Iglesia a través de las tormentas que amenazan hundirla. No es una huida sino un gran servicio al Pueblo de Dios.
3º Su generosidad. Llegó al Pontificado  para servir a la Iglesia. El siervo de los siervos de Dios (servus servorum Dei) ha gastado su salud en ese servicio, ya no puede seguir haciéndolo físicamente, lo hará sólo espiritualmente, con sus oraciones.
4º Su valentía. Hace falta tener mucha fuerza interior para tomar esta decisión y a Benedicto XVI le sobra de fuerza interior lo que le falta de fuerza física.
Por todo ello
               GRACIAS, MUCHAS GRACIAS, BENEDICTO XVI

CONCLUSIÓN
La  renuncia de Benedicto XVI al Pontificado es un gesto que le enaltece y le honra. Su figura se agiganta y gana muchos quilates ante la Historia.
Es un ejemplo a imitar por las Altas Jerarquías de la Iglesia que deberían presentar su renuncia en el momento que sientan que no pueden “servir”, pues fueron elegidos sólo para servir a la Iglesia.
Creo que ha llegado la hora de que el Colegio Cardenalicio esté formado por Cardenales más jóvenes y que se retiren de todas sus funciones al llegar a la edad de 75 años, como cualquier otro Obispo diocesano.


   



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