El anuncio de la renuncia
El 11 de febrero de 2013 ,
Benedicto XVI anunció su renuncia:
“Después de haber
examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de
que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer
adecuadamente el ministerio petrino….. he de reconocer mi incapacidad para ejercer
bien el ministerio que me fue encomendado….. consciente de la seriedad de este
acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio
de Obispo de Roma.
Pero esto no significa
que abandone la Iglesia ….continuaré
sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor… de una forma más acorde
con mi edad y con mis fuerzas".
Sorpresa mundial
Sorpresa, por tratarse
de una decisión totalmente inesperada, pero posible en el ordenamiento jurídico
de la Iglesia Católica.
Así dice el Canon 332.2: "Si el Romano
Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia
sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por
nadie".
Son tres los Papas que
han renunciado al Pontificado: Benedicto
IX en 1045, Celestino V en 1294 y Gregorio XII en 1415. Benedicto XVI es el
cuarto Papa que renuncia.
Fecha
histórica: 28 de Febrero de 2013
Hoy a las 20 horas se
ha hecho efectiva la renuncia del Papa Benedicto XVI al Pontificado, hace 600
años que no se producía un hecho semejante.
A 17 horas, todas
las campanas de Roma lanzaron sus sonidos al aire como despedida del Papa, que
tomaba un helicóptero y volaba hacia Castellgandolfo, la residencia veraniega
de los Papas; en ella permanecerá mientras se adapta, en el Vaticano, el
convento Mater Ecclesiae, lugar de su retiro definitivo, donde se dedicará,
según sus palabras a “servir (a la Iglesia ) con la misma
dedicación y el mismo amor… de una forma más acorde con mi edad y con mis
fuerzas".
¿Por qué ha renunciado
Benedicto XVI?
Él mismo lo dijo
cuando hizo el anuncio: “…ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el
ministerio petrino”. “ … por la edad avanzada”.
Es un hombre de 85
años con la salud física muy deteriorada. Esto está claro y todos lo vemos y
comprobamos a través de las imágenes que nos llegan.
La carencia de fuerzas
físicas la han padecido muchos otros Pontífices anteriores y, sin embargo, no
renunciaron.
¿Es que hay otros
motivos? Con toda certeza, sí. Para mí, son estos:
1º Su coherencia
jurídica. El Canon 401.2 dice: Se
ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio
si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para
desempeñarlo.
Se trata, en este
canon del Obispo diocesano, pero Benedicto XVI se lo ha aplicado a sí mismo.
Podía no haberlo hecho, como la gran mayoría de sus predecesores, pero ha
preferido predicar con el ejemplo.
2º Su humildad. No se siente imprescindible. Él se ve sin
fuerzas para ejercer adecuadamente su misión. Podría seguir ejerciéndolo,
pero no como pide la importancia de la misma.
Deja el camino libre a
un nuevo Pontífice que, con suficientes fuerzas físicas, pueda conducir la nave
de la Iglesia a través de las tormentas que amenazan
hundirla. No es una huida sino un gran servicio al Pueblo de Dios.
3º Su generosidad. Llegó al Pontificado para servir a la Iglesia. El siervo de los siervos de Dios (servus
servorum Dei) ha gastado su salud en ese servicio, ya no puede seguir
haciéndolo físicamente, lo hará sólo espiritualmente, con sus oraciones.
4º Su valentía. Hace falta tener mucha fuerza interior para tomar esta
decisión y a Benedicto XVI le sobra de fuerza interior lo que le falta de fuerza
física.
Por todo ello
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS, BENEDICTO XVI
CONCLUSIÓN
La renuncia de
Benedicto XVI al Pontificado es un gesto que le
enaltece y le honra. Su figura se agiganta y gana muchos quilates ante la Historia.
Es un ejemplo a imitar por las Altas Jerarquías de la Iglesia que
deberían presentar su renuncia en el momento que sientan que no pueden
“servir”, pues fueron elegidos sólo para servir a la Iglesia.
Creo que ha llegado la
hora de que el Colegio Cardenalicio esté formado por Cardenales más jóvenes y que se retiren de todas sus funciones al llegar a la
edad de 75 años, como cualquier otro Obispo diocesano.
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