domingo, 24 de febrero de 2013

64.- ¿QUIÉN ES JESÚS?



Preguntó Jesús a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Ellos contestaron: Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías u otro de los profetas. Y Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 13-16)
Dentro y fuera del Cristianismo, se han dado diversas interpretaciones de la figura de Jesús.

JESÚS NO SÓLO ES....
El Cristo de la teología, de la pastoral y de la evangelización cristiana, no sólo es:
Un modelo ejemplar de humanidad,
Un inspirado profeta,
Un amigo de los pobres. 

JESÚS ES:
El Hijo de Dios encarnado.  
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 14)
El Señor y Mesías.  
Tenga por cierto toda la casa de Israel que Dios le ha hecho Señor y Mesías a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado” (Hch 2, 36)
El Salvador universal de la humanidad.  
En ningún otro hay salvación, pues ningún otro nombre se nos ha dado bajo el cielo, por el que podamos ser salvos” (Hch 4, 12)
El único Mediador entre Dios y los hombres.  
Porque uno es Dios, uno también el Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo para la redención de todos” (I Tim 2, 5-6)
El reconciliador universal.  
Plugo al Padre que en Él habitase toda la plenitud y por Él reconciliar consigo todas las cosas en Él” (Col 1, 19)
El liberador de la esclavitud del mal.  
Gracias sean dadas a Dios porque, siendo esclavos del pecado, obedecisteis de corazón a la norma de doctrina que os dísteis y, libres ya del pecado, habéis venido a ser siervos de la justicia” (Rom 6, 17-18)
El amigo de los que cumplen su mandato. “Este es mi mandato: que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn 15, 12)
El que da a conocer los secretos del Padre.  
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; os llamo amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a conocer” (Jn 15, 15)
El que promete que darán mucho fruto los que permanezcan unidas a Él.  
Permaneced en mí y yo en vosotros; como el sarmiento no puede dar fruto si no permaneciere en la vid, tampoco vosotros si no permaneciereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 4-5) 

Para Pablo VI, Jesús es:
El que está en el vértice de las aspiraciones humanas, Él es el término de nuestras esperanzas y oraciones, es un punto focal de los deseos de la historia y de la civilización; es decir, es el Mesías, el centro de la humanidad, el que da valor a las acciones humanas, que conforma la alegría y la plenitud de los deseos de todos los corazones, el verdadero hombre, el tipo de perfección, de belleza y de santidad puesto por Dios para personificar el verdadero modelo, el verdadero concepto de hombre, el hermano de todos, el amigo insustituible, el único digno de toda confianza y de todo amor, Él es el Cristo hombre.
Y, al mismo tiempo, Jesús está en el centro de todo nuestra verdadera suerte, es la luz por la que la habitación del mundo toma proporciones, forma, belleza y sombra; es la palabra que todo lo define, todo lo explica, todo lo clarifica, todo lo redime; es el principio de nuestra vida espiritual y moral; dice lo que se debe hacer y da la fuerza, la gracia, de hacerlo; reverbera su imagen, más aún, su presencia, en cada alma que se hace espejo para acoger su rayo de verdad y de vida, de quien cree en Él y acoge su contacto sacramental; es el Cristo-Dios; el Maestro, el Salvador, ” .(Alocución de Pablo VI)


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