“Preguntó
Jesús a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el
Hijo del hombre? Ellos contestaron: Unos, que Juan el Bautista;
otros, que Elías; otros, que Jeremías u otro de los profetas. Y Él
les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Tomando la palabra
Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt
16, 13-16)
Dentro
y fuera del Cristianismo, se han dado diversas interpretaciones de la
figura de Jesús.
JESÚS
NO SÓLO ES....
El
Cristo de la teología, de la pastoral y de la evangelización
cristiana, no sólo es:
Un
modelo ejemplar de humanidad,
Un
inspirado profeta,
Un
amigo de los pobres.
JESÚS
ES:
El
Hijo de Dios encarnado.
“El
Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn
1, 14)
El
Señor y Mesías.
“Tenga
por cierto toda la casa de Israel que Dios le ha hecho Señor y
Mesías a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado” (Hch
2, 36)
El
Salvador universal de la humanidad.
“En
ningún otro hay salvación, pues ningún otro nombre se nos ha dado
bajo el cielo, por el que podamos ser salvos” (Hch
4, 12)
El
único Mediador entre Dios y los hombres.
“Porque
uno es Dios, uno también el Mediador entre Dios y los hombres, el
hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo para la redención
de todos” (I
Tim 2, 5-6)
El
reconciliador universal.
“Plugo
al Padre que en Él habitase toda la plenitud y por Él reconciliar
consigo todas las cosas en Él” (Col
1, 19)
El
liberador de la esclavitud del mal.
“Gracias
sean dadas a Dios porque, siendo esclavos del pecado, obedecisteis de
corazón a la norma de doctrina que os dísteis y, libres ya del
pecado, habéis venido a ser siervos de la justicia” (Rom
6, 17-18)
El
amigo de los que cumplen su mandato. “Este es mi
mandato: que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn
15, 12)
El
que da a conocer los secretos del Padre.
“Ya
no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor;
os llamo amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a
conocer” (Jn
15, 15)
El
que promete que darán
mucho fruto los
que permanezcan unidas a Él.
“Permaneced
en mí y yo en vosotros; como el sarmiento no puede dar fruto si no
permaneciere en la vid, tampoco vosotros si no permaneciereis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo
en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer
nada” (Jn
15, 4-5)
Para
Pablo VI, Jesús es:
“El
que está en el vértice de las aspiraciones humanas, Él es el
término de nuestras esperanzas y oraciones, es un punto focal de los
deseos de la historia y de la civilización; es decir, es el Mesías,
el centro de la humanidad, el que da valor a las acciones humanas,
que conforma la alegría y la plenitud de los deseos de todos los
corazones, el verdadero hombre, el tipo de perfección, de belleza y
de santidad puesto por Dios para personificar el verdadero modelo, el
verdadero concepto de hombre, el hermano de todos, el amigo
insustituible, el único digno de toda confianza y de todo amor, Él
es el Cristo hombre.
Y,
al mismo tiempo, Jesús está en el centro de todo nuestra verdadera
suerte, es la luz por la que la habitación del mundo toma
proporciones, forma, belleza y sombra; es la palabra que todo lo
define, todo lo explica, todo lo clarifica, todo lo redime; es el
principio de nuestra vida espiritual y moral; dice lo que se debe
hacer y da la fuerza, la gracia, de hacerlo; reverbera su imagen, más
aún, su presencia, en cada alma que se hace espejo para acoger su
rayo de verdad y de vida, de quien cree en Él y acoge su contacto
sacramental; es el Cristo-Dios; el Maestro, el
Salvador, ” .(Alocución de Pablo VI)
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