miércoles, 7 de septiembre de 2011

18.- LA PASTORAL FAMILIAR

Importancia de la pastoral familiar:
Es básica y debe ser asumida y operante.
Básica, porque la familia es la primera célula vital, y de su funcionamiento depende todo el futuro de la sociedad.
Asumida, es decir, acogida y aceptada por todos, ya sean sacerdotes o seglares.
Operante, concretada en acciones claras y específicas, que se puedan llevar a la práctica.
Etapas de la pastoral familiar
Preparación remota: Comprende la educación de niños y adolescentes en la estima de los valores humanos y cristianos, de las relaciones interpersonales, de la necesaria formación de su personalidad y de la apertura al otro sexo mediante el amor.
Como creyentes, presentarles el matrimonio como lo que es, una verdadera vocación y el amor conyugal como signo y expresión del amor de Cristo a la Iglesia. El amor humano convertido en un sacramento que es fuente de gracia y de bendición, no sólo para los dos cónyuges sino para sus hijos y para todos cuantos les rodean.
Preparación próxima: Se lleva a cabo mediante la asistencia a los Cursillos Prematrimoniales que se imparten en las parroquias. Además, los novios deben enriquecerse con la lectura de libros escritos por especialistas del matrimonio y de la familia.
Etapa postmatrimonial: Toda la comunidad eclesial debe comprometerse a ayudar a la pareja recién casada a descubrir su vocación de casados y a vivir, en la práctica diaria, la misión aneja a su vocación.
El matrimonio ha sido definido por el Concilio Vaticano II como “Comunidad íntima de fe, de vida y de amor”. La Iglesia debe ser cada día más comunitaria y participativa. El sacerdote preside una comunidad de hermanos en la fe y todos deben tener la oportunidad de participar y de hacer las sugerencias que crean pertinentes. La Parroquia debe ser, cada vez más, comunidad de comunidades, vertebrándose en grupos, movimientos y asociaciones eclesiales.

Importancia de los grupos parroquiales:
Deben estar formados por jóvenes y adultos de toda edad, clase y formación. En los diversos grupos, todos deben aportar y todos deben recibir, poniendo en común sus experiencias y saberes.
En los grupos parroquiales debe fomentarse la relación sincera, comprometida y testimonial de todos con todos; de esta forma, todos se benefician; unos recibiendo, otros, dando; todos compartiendo y saliendo de sí mismos al encuentro con los demás, creando una verdadera red de amistad.
Función del grupo familiar eclesial
Interna: La función interna es proporcionar a los componentes del grupo la formación permanente y los medios humanos y espirituales necesarios para ser mejores seres humanos, mejores padres o madres, mejores y más auténticos cristianos.
Formar matrimonios comprometidos con el Reino de Dios que, con su testimonio, sean evangelizadores y educadores de sus hijos para que su hogar sea una auténtica “Iglesia doméstica”.
Externa: Puesto que la vocación cristiana es una vocación al apostolado, a propagar el Reino de Cristo por toda la tierra, cada familia cristiana debe constituirse en evangelizadora de otras familias, atendiendo a la evangelización de otros padres y de los hijos de éstos cuando se preparan para la recepción de los sacramentos, en especial, del matrimonio.
El grupo parroquial debe suscitar un vivo sentido de solidaridad, estar abierto para percibir, en su entorno, cualquier carencia o necesidad y pronto para correr en su ayuda.
La unión vital con Cristo (Jn 15, 5) dará fecundidad al apostolado, “sin Él, nada se puede hacer”.


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