jueves, 23 de mayo de 2019

135.- DE ADAN A JESUCRISTO. CAP.8º: HISTORIA DEL REY SAÚL

¿Quién fue Saúl? (1075-1007 a.C.)


Saúl fue un hijo de Quis, de la tribu de Benjamín. Se casó con Ahinoam, con la que tuvo cuatro hijos: Jonatán, Abinadab, Malquisúa e Isbaal y dos hijas: Merab y Mical; con la concubina Rizpah tuvo dos hijos: Armoni y y Mefiboset.
Saúl era un buen mozo…a todos les sacaba la cabeza” (1 Sam 9,2)

Los ancianos de Israel piden un rey
Cuando envejeció Samuel, puso para juzgar a Israel a sus dos hijos: Joel Abia, pero éstos no siguieron los caminos de su padre, sino que se apartaron de ellos por avaricia, recibiendo presentes y violando la justicia” (1Sam 8,1-3)
Los ancianos de Israel dijeron a Samuel: “Tú eres ya viejo y tus hijos no siguen tus caminos; danos un rey para que nos juzgue, como todos los pueblos” (1 Sam 8,5).
Hasta ahora, sólo Yavé gobernaba a su pueblo por medio de legados o portavoces a los que encomendaba las funciones de gobierno.

Ante las tropelías de los hijos de Samuel, los ancianos de Israel quieren cambiar la forma de gobierno. La petición desagrada a Samuel y a Yavé porque significaba la repulsa de la teocracia vigente hasta entonces. No obstante, “Yavé dijo a Samuel: Escúchalos y pon sobre ellos un rey” (1Sam 8,22). El cambio era casi necesario para que Israel, organizado políticamente de forma permanente, pudiera rechazar los persistentes ataques de sus enemigos, en especial, de los filisteos.

Samuel unge a Saúl como rey de Israel.
Saúl se encontró con el profeta Samuel en la ciudad de Rama, fue su huésped y, al día siguiente, fue ungido en secreto en la tierra de Zuf “tomó Samuel una redoma de aceite, la vertió sobre la cabeza de Saúl y le besó, diciendo: Yavé te unge por príncipe de su heredad, Tú reinarás sobre el pueblo de Yavé” (1Sam 10,1).
Saúl fue presentado al pueblo por Samuel en Masfa y el pueblo gritó: “ ¡Viva el rey!” (1Sam 10,24).
Es la primera vez que en Israel se aclama al rey. Acaba de nacer la monarquía y el Reino Unido de Israel.
Samuel explicó al pueblo las leyes del reino y las escribió en un libro.

Saúl derrota a los amonitas
Saúl estableció su capital en la ciudad de Jabes de Galaad.
Los amonitas sitiaron la ciudad y no aceptaron el pacto que les ofrecían los israelitas, “Haz alianza con nosotros y te serviremos” (1 Sam 11,1), habían dicho al amonita Nahas.
Enterado Saúl, reunió a los israelitas, presentó batalla y derrotó a los amonitas.
Samuel reunió al pueblo en Gálgala y Saúl fue confirmado como rey ante Yave.

Samuel abandona su oficio de juez
Aquí tenéis el rey que habéis pedido; Yavé le ha puesto por rey vuestro” (1 Sam 12,13).
Temed, servid y obedeced a Yavé y así viviréis vosotros y vuestro rey, de lo contrario, tendréis sobre vosotros y sobre vuestro rey la mano de Yavé. Servid a Yavé con todo vuestro corazón y Él no os desamparará por su gran nombre, porque ha querido haceros su pueblo.

Nuevas luchas de Saúl
Israelitas y filisteos se prepararon para la contienda. “Saúl estaba en Gálgala...Esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había señalado; pero Samuel no llegaba y la gente se dispersaba” (1 Sam 13,7-8).
No se podía comenzar la lucha sin consultar a Yavé y ofrecer sacrificios para obtener su favor. Acuciado por la situación, Saúl ofreció un sacrificio, atruyéndose una facultad que no le correspondía a él sino a Samuel, que era sacerdote.
Cuando llegó Samuel y se enteró de lo sucedido, recriminó a Saúl, diciéndole: “Has obrado neciamente, has desobedecido el mandato de Yavé.. ahora tu reino no será duradero” (1Sam 13,12).
Durante la batalla, se produjo una gran confusión entre los filisteos que empezaron a huir, perseguidos por los israelitas. Saúl desistió en la persecución y los filisteos llegaron a su tierra.
Durante el reinado de Saúl en Israel, hizo la guerra contra todos los enemigos de su entorno: moabitas, amonitas, edomitas, filisteos y contra el rey de Saba y de todos salió vencedor, librando a Israel de los que lo saqueaban.

Batalla contra los amalecitas
Samuel dijo a Saúl: Así habla Yavé: Tengo presente lo que hizo Amalec contra Israel cuando le cerró el camino a su salida de Egipto. Ve y castiga a Amalec , destruye todo lo que tiene y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres y niños, vacas y ovejas, camellos y asnos” (1 Sam 15,2-3).
Saúl derrotó a los amalecitas y, desoyendo el mandato de Yavé, perdonó la vida al rey Agag y se reservó lo mejor de las ovejas y del ganado mayor para sacrificarlas a Yavé.
Samuel recriminó a Saúl su desobeciencia, porque “Yavé quiere más la obediencia a sus mandatos que los holocaustos y las víctimas”(1 Sam 15,22).

Castigo de Saúl
Samuel le dijo: Pues tú has rechazado el mandato de YavéÉl también te rechaza a tí como rey” (1 Sam 15,23).
“Samuel se volvió para irse, pero Saúl le agarró por la orla del manto y éste se rompió. Samuel le dijo: Hoy Yavé ha desgarrado de ti el reino de Israel para entregárselo a otro mejor que tú” (1 Sam 15,27-28).
Ese “mejor que tú” es el rey David.
El resto de la historia de Saúl, para evitar repeticiones, lo incluiré en el próximo capítulo: Historia del rey David.

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