jueves, 23 de mayo de 2019

136.- DE ADÁN A JESUCRISTO. CAPÍTULO 9º: HISTORIA DEL REY DAVID

Genealogía de David
David (1040 A c.-966 a.C.), hijo de Isaí y de Nitzevet. David fue descendiente de la décima generación de Judá, el 4º hijo del patriarca Jacob (Israel). Según se puede ver en Ruth 4,18-22, la línea genealógica de Judá es la siguiente: Fares, Hezrón, Ram, Aminadab, Naasón, Salmon, Booz (el marido de Ruth), Obed, Isaí, David.
David fue “el menor de los ocho hijos de Isaí” (1 Sam 17,12); “era rubio, de hermosos ojos y muy bella presencia” (1Sam 16,12); “apacentaba las ovejas de su padre en Belén de Judá” (17,15).
David era diestro tocando el arpa por lo que el rey Saúl lo llamó a la corte para que, cuando él se encontrase mal, tocase el arpa y le diese alivio (16,16). “Saúl le cogió cariño y le hizo su escudero” (16,21)

Guerras de Saúl contra los filisteos
Saúl hizo la guerra de liberación contra los filisteos y los arrojó de su territorio (1 Sam 14), pero desobedeció a Yavé y Yavé le rechazó (1 Sam 15,23) y David fue ungido por el profeta Samuel como futuro rey de Israel ( 16,13).
En una de las batallas posteriores libradas en las fronteras, ambos contendientes se habían situado frente a frente en orden de batalla.

Goliat, paladín de los filisteos
De entre las filas filisteas salió un paladín, llamado Goliat, de gran estatura y armado con casco, cota de malla y jabalina. Plantado ante los israelitas, les gritó: “Yo reto al ejército de Israel. Dadme un hombre y lucharemos. Todos se llenaron de miedo” (17,10). Durante 40 días, mañana y tarde, repitió el desafío.

David en el campamento del rey Saúl
Isaí encargó a David que llevase provisiones a sus hermanos que peleaban junto al rey Saúl. Llegó al campamento y cuando hablaba con ellos, vió salir a Goliat, desafiante y fanfarrón. “David preguntó: ¿Qué darán al que mate a ese filisteo y arranque la afrenta a Israel? ¿Quién es ese filisteo incircunciso para insultar al ejército de Dios vivo?” (17,26)
Saúl se enteró de las palabras de David y mandó llamarlo.
David, paladín de Israel
Así hablaron el rey Saúl y David:
-David: Tu siervo peleará contra ese filisteo.
-Saúl: No podrás porque tú eres un muchacho y él un hombre de guerra.
-David: Tu siervo era pastor de ovejas y cuando venía un león o un oso y tomaba un cordero, yo salía tras él, lo hería y lo mataba. Yavé me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de este filisteo.
-Saúl: “Ve, y que Yavé sea contigo” (17,37)

David contra Goliat
David no quiso ponerse la coraza de Saúl, escogió cinco piedras del arroyo, tomó su honda y caminó hacia el filisteo.
- Goliat: “Soy acaso un perro, para que vengas a mí con un palo? Ven y daré tu carne a las aves del cielo” (17,43-44).
- David: “Tú vienes con espada, lanza y jabalina; yo vengo en nombre de Yavé, a quien tú has provocado. Yavé te entregará hoy en mi mano y yo te venceré y te cortaré la cabeza” (17,45-46).
Goliat echó a andar hacia David, pero éste, con rapidez, tomó una de las piedras, la puso en la honda y, con toda su fuerza, la clavó en la frente del filisteo, el cual cayó al suelo sobre su rostro.
David corrió y tomando la espada de la vaina de Goliar, le cortó la cabeza. Los filisteos huyeron despavoridos.


David es perseguido por Saúl
David pasaba la vida guerreando contra los filisteos y tocando el arpa ante Saúl, siempre muy atento a los cambios de humor del rey para evitar que con su lanza lo clavase en la pared, como intentó en varias ocasiones, (1Sam 18,11 y 19,9-10). David tuvo que huir con la ayuda de su mujer, Michal, que le descolgó por la ventana (19,12), provocando los celos de Saúl, que le persiguió “con la intención de quitarle la vida” (23,17).

Muerte del rey Saúl
Tras la derrota de Gilboé contra los filisteos, ”tomando Saúl su propia espada, se echó sobre su punta” (31,4). Los filisteos cortaron la cabeza de Saúl y colgaron su cuerpo y los de sus hijos de los muros de Betsán. Enterados los habitantes de Yabés de Galaad de lo que habían hecho los filisteos con Saúl fueron por la noche, tomaron los cuerpos de Saúl y sus hijos, los llevaron a Yabés y los quemaron allí (31,12).
Notemos, como curiosidad, que es el único caso de incineración ofrecido por la Biblia.

David es ungido rey de la casa de Judá
Tras la muerte del rey Saúl, la unidad nacional está de nuevo comprometida. David subió a la ciudad de Hebrón. “Vinieron los hombres de Judá y ungieron allí a David rey de la casa de Judá” (2 Sam 2,4).
Pero, las tribus del Norte eligieron “a Isbaal, hijo de Saúl, rey de Galad, de Aser, de Jezrael, de Efraim, de Benjamín y de todo Israel” (2,8-9). “Sólo la casa de Judá seguía a David” (2,10). Estalló la guerra civil entre ambas monarquías. El rey Isbaal fue asesinado por los bandidos Recab y Bana que esperaban una recompensa, pero David mandó ejecutarlos por el asesinato.

David fue reconocido como rey de Israel y de Judá.
Vinieron los ancianos de Israel a David, hizo con ellos alianza ante Yavé y ungieron a David rey sobre todo Israel” (2Sam 5,3).
Tenía David treinta años cuando comenzó a reinar y reinó 40 años; siete, en Hebrón sobre Judá (1010 al 1006 a.C.), y treinta y tres en Jerusalén (1006 al 966 a.C.) sobre todo Israel y Judá” (5,4).

Reinado de David
Desde Jerusalén como capital del reino, David subyugó a todos sus enemigos (filisteos, cananeos, moabitas, arameos, edonitas y amalecitas).
Se edificó un palacio y aseguró la prosperidad de su reino restaurando las rutas comerciales.
Fue una época de gran fervor religioso, al que contribuyó la traída del Arca de la Alianza desde Quiriat-Jearim (1Sam 6,21) a la ciudad de David. David danzaba con toda su fuerza delante del Arca (6,14). “Asi subieron David y toda la casa de Israel entre gritos de júbilo y sonar de trompetas” (6,15)

David y Betsabé
Desde el terrado del palacio, David vio a una mujer muy hermosa que estaba bañándose. Era Betsabé, mujer del hitita Urías. David mandó que se la trajesen, se acostó con ella y quedó embarazada. (1Sam 11,2-5)
David mando llamar a Urías que estaba en el ejército y, para encubrir el adulterio, trató de que se acostase con Betsabé, pero Urías no lo hizo. Urías volvió a la guerra con una carta de David para Joab, diciéndole: “Pon a Urías en primera línea, donde la lucha sea más reñida para que le hieran de muerte” (2Sam 11,14). Urías murió y Joab se lo comunicó a David (11,24). Betsabé se enteró de la muerte de su esposo e hizo luto por él.
Pasado el luto, David la recibió en palacio, la hizo su preferida y ella concibió un hijo (26-27).

David es reprendido por el profeta Natán
El profeta Natán reprendió a David por el asesinato de Urías y por el adulterio con su mujer.”Porque has menospreciado a Yavé haciendo lo que le parece mal… nunca se apartará la espada de tu casa… haré que de tu propia casa se alce el mal contra tí” (2 Sam 12,9-11).
David dijo: “He pecado contra Yavé”.
Natán le respondió: “Yavé ha perdonado tu pecado; no morirás; pero, el hijo que te ha nacido morirá sin remedio” (13-14). Al séptimo día murió el niño (18).
Concibió de nuevo Betsabé y tuvo otro hijo, al que pusieron de nombre Salomón (12,24).

Guerrero, músico y poeta
David se distinguió por sus luchas contra los filisteos y por su inspiración poética-musical. Es muy verosímil que muchas de sus composiciones fuesen adoptadas para la liturgia en el templo de Jerusalén.
En la Biblia hay 150 salmos, conocidos en la antigüedad como Salmos de David, Himnos de David, Libro de los Salmos de David o Salterio davídico. Esto no obliga a sostener que todos hayan de atribuirse a David; algunos, sí; pero no sabemos ni cuántos, ni cuáles.

Esposas e hijos de David
Tuvo ocho esposas: Michal, Ahinoam, Abigail, Maacha, Haggith, Abital, Egla y Betsabé.

Hijos nacidos en Hebrón:  
Con Ahinoam tuvo a Amnón.
Con Abigail tuvo a Daniel.
Con Maacha tuvo a Absalón y Tamar.
Con Haggith tuvo a Adonías.
Con Abital tuvo a Sefatía.
Con Egla tuvo a Jitream (1Par 3,1-3).

Hijos nacidos en Jerusalén:  
Con Betsabé tuvo cuatro hijos: Simea, Sobab, Natán y Salomón (1).
Con las concubinas tuvo nueve hijos: Jibiar, Elisua, Elifelet, Noga, Nefeg, Jafia, Elisama, Elyada y Elifelet (1Par 3,5-6).

TRAGEDIA EN LA CASA DE DAVID
Como fruto de la poligamia de David surgió la tragedia en su casa y su propia infelicidad. Amnón, el mayor de los hijos de David, se prendó de la belleza de su hermana Tamar (2 Sam 13, 1-14). Esta Tamar era hermana de Absalón, y ambos hermanos de Amnón por parte de su padre, David.
Amnón abusó de Tamar y ésta, desconsolada, se quedó en casa de su hernmano Absalón. Cuando David se enteró se enojó mucho.
En la fiesta por el esquileo de las ovejas, Absalón invitó a todos los hijos del rey, y cuando Amnón estaba alegre por el vino, los criados de Absalón le mataron, por orden suya. Absalón huyó y se fue a Gesur, donde permaneció tres años. Y el rey David ansiaba ve a Absalón, porque ya se había consolado de la muerte de Amnón” (2 Sam 13,38-39).
David dijo a Joab: Ve y haz que vuelva el joven Absalón” (2 Sam 14,21). “Pero qu se vaya a su casa y no se me presente” (2 San 14, 24). “Dos años estuvo Absalón en Jerusalén sin poder ver al rey” (2 Sam 14,28).
Pasados los dos años, por intercesión de Joab, David recibió a su hijo Absalón y le besó.

Absalón conspira contra David, su padre
Desde la mañana, Absalón se situaba junto a la puerta de entrada de la ciudad y se ofrecía a los que venían ante el rey por tener algún pleito; diciéndoles: “¡Quién me pusiera a mí por juez en esta tierra para que viniesen a mí todos los que tienen pleito y yo les haría justicia!” Sam 15,4). Y los abrazaba y besaba; así conquistaba sus corazones.
Al cabo de cuatro años, Absalón pidió permiso a su padre para ir a Hebrón, con el pretexto de un voto que había hecho a Yavé, pero en realidad iba a organizar la rebelión contra el rey David, su padre.
La conjuración iba creciendo y llegó a ser grande, pues aumentaban los seguidores de Absalón” (2 Sam 15,12).

Huída de David
“Un mensajero avisó a David, diciendo: Todo Israel se va tras Absalón” (2 Sam 15,13.
David huyó con todos los suyos. El sumo sacerdote Sadoc iba al frente de los levitas que portaban el Arca de la Alianza, pero David mandío devolver el Arca a Jerusalén,”porque si hallo gracia a los ojos de Yavé, El me volverá a traer y me hará volver a ver el Arca” (2 Sam 15,25).
David prosiguió su huída hacia el desierto, dejando en Jerusalén a los dos hijos de Sadoc, éstos le tendrían al corriente de lo que sucediase en la ciudad.
Llegó David a Bahurimy allí le salió al encuentro Simei, de la casa de Saúl, y, arrojándole piedras, le maldecía, diciendo:¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y perverso! Yavé hace recaer sobre tu cabeza la sangre de las casa de Saúl, cuyo reino has usurpado, y lo ha entregado a tu hijo Absalón” (2 Sam 16,7-8).
Mientras tanto, Absalón y todos sus hombres entraron en Jerusalén. David seguía huyendo y Absalón salió en su persecución. David acampó en Mahanaím y Absalón en Galaad.
La batalla se libró en el bosque de Efraím, saliendo vencedores los seguidores de David.

Muerte de Absalón
Durante la batalla, Absalón montaba un mulo que, al pasar debajo de una encina, hizo que la cabeza de Absalón quedase enredada en el ramaje y Absalón suspendido, mientras el mulo escapaba.
Joab, uno de los capitanes de David, fue avisado y, tomando tres dardos, los clavó en el corazón de Absalón.
Enterado el rey David, lloró la muerte de su hijo Absalón y “la  victoria se trocó en luto para todo el pueblo” (2 Sam 19,3).

David en las tres religiones monoteistas
Para los musulmanes David es el venerado emperador y el siervo de Alá.
Para los judíos es el padre de Israel, el pastor que Yavé ungió rey, y ellos a su vez son el pueblo elegido y sus descendientes.
Para los cristianos es un rey de Israel, antepasado del Mesías, Jesús de Nazaret, uno de cuyos nombres fue “Hijo de David” (Mt 9,27).

(1) Va en azul por transmitir la línea genealógica. Esto lo seguiré haciendo en los capítulos siguientes.


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