jueves, 23 de mayo de 2019

134.- DE ADAN A JESUCRISTO. CAP. 7º: EL PROFETA SAMUEL


¿Quiés es Samuel? (1)

Samuel, hijo de de Elcana y de Ana, fue concebido por concesión de Yavé porque Ana era estéril; cuando nació Samuel, su madre, en agradecimiento a Yavé, lo consagró a su servicio. Es un juez distinto de los anteriores, no es un caudillo militar, él convoca al pueblo, le alienta en la lucha y ora ante Yavé para alcanzar la victoria; ejerce las funciones de sacerdote y juez.
El niño Samuel iba creciendo en estatura y en gracia, ante Dios y ante los hombres” (1 Sam 2,26). Este versículo me lleva a pensar en Lucas 2,52, que dice casi lo mismo del niño Jesús.
Yavé llama a Samuel
La época de los jueces ha llegado a su fin y se va a iniciar la época de los reyes. El paso se va a producir con Samuel, sacerdote-profeta por medio del cual hablará Yavé al rey. Elí fue el último de los sacerdotes y Samuel, el primero de los profetas, portavoz de Yavé.
El joven Samuel servía a Yavé en presencia de Helí” (1 Sam 3,1). Samuel ya no era un niño, sino un adolescente. Por el contrario, Elí es un anciano y ha empezado a perder la visión.
Un día, estando acostado Elí en su aposento… Samuel dormía en el santuario de Yavé, donde estaba el Arca de Dios y oyó la voz de Yavé que le llamaba: ¡Samuel! ¡Samuel! Él contestó: Heme aquí. Y corriendo hacia Elí, dijo: Aquí estoy; ¿para qué me has llamado?. Elí le dijo:Yo no te he llamado; vuelve a acostarte. Ël se fue y se acostó” (1Sam 3,2-5).
La escena se repitió de nuevo, con el mismo resultado. Yavé, con estas dos llamadas, quiso darse a conocer, porque “Samuel no conocía todavía a Yavé, pues todavía no le había revelado su palabra” (1 Sam 3,7).
Se produjo una tercera llamada y “Entonces comprendió Elí que era Yavé quien llamaba al joven y le dijo: Anda, acuéstate y si vuelven a llamarte, di: Habla, Yavé, que tu siervo escucha. Samuel se fue y se acostó en su lugar. Vino Yavé, se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel! ¡Samuel!” Samuel contestó: Habla,Yavé, que tu siervo escucha”(1 Sam 3,9-10).
En esta visita,Yavé reveló a Samuel que iba a castigar a la casa de Elí por el crimen que cometían sus hijos. Preguntado por Elí, Samuel le contó todo lo que le había dicho Yavé. Samuel seguía creciendo y haciénsose mayor.
Samuel llegó a ser grande y Yavé estaba con él...Todo Israel reconoció que Samuel era un verdadero profeta de Yavé” (1Sam 3,19-20).
Israel es derrotado por los filisteos
Los filisteos presentaron batalla Israel, se trabó el combate e Israel fue vencido” (1 Sam 4,2). Reunidos los ancianos de Israel, tras la derrota, acordaron traer el Arca de la Alianza, de Silo a Eben-Ezer “para que nos salve de la mano de nuestros enemigos” (1 Sam 4,3).
Los antiguos en las batallas llevaban por enseñas imágenes de sus dioses. Para los israelitas el Arca de la Alianza era el símbolo de la presencia de Yavé entre su pueblo.
De nuevo, los filisteos derrotaron a Israel. “Fue capturada el Arca de la Alianza y murieron los dos hijos de Elí, Ofni y Fines” (1 Sam 4,11). Un hombre de la tribu de Benjamín corrió de la batalla a Silo para dar las noticias. Elí era el sumo sacerdote y estaba muy preocupado por las cosas de Yavé y por los acontecimientos de aquellos días. Tenía ya noventa y ocho años y estaba sentado en una silla, a la vera del camino y, cuando oyó que el Arca de la Alianza estaba en poder de los filisteos, se cayó de la silla hacia atrás y se desnucó. Había sido un hombre de Yavé y un padre débil e indulgente con sus hijos. Su muerte elevó a Samuel al puesto de portavoz de Yavé.
Ante tantas desgraciass, la mujer de Fines, uno de los hijos de Elí, se puso de parto y murió en el mismo.
El Arca de la Alianza en poder de los filisteos
Los filisteos llevaron el Arca de la Alianza de Eben-Ezer a Azoto y la colocaron en su templo junto a la imagen del dios Dagón.
Al día siguiente vieron que Dagón estaba postrado en tierra ante el Arca de la Alianza; lo tomaron y pusieron en su sitio. Al otro día vieron a Dagón tendido en tierra y con la cabeza y las manos cortadas sobre el umbral. Esta fue la forma con la que Yavé demostró a los filisteos que su dios Dagón no tenía ningún poder ante las presencia del verdadero Dios. El Arca pasó de ser un apreciado botín de guerra a constituir un verdadero peligro para los filisteos que planeaban cómo librarse a toda costa de ella.
Los habitantes de Azoto y su territorio sufrieron tumores, por lo que dijeron: “No se quede con nosotros el Arca del Dios de Israel” (1Sam 5,7). Llevaron el Arca a Gat, pero “a las gentes de la ciudad, pequeños y grandes, les salieron tumores” (1Sam 5,9). Entonces, mandaron el Arca a Acarón, y tambiés éstos morían heridos.
“Siete meses estuvo el Arca de Yavé en la tierra de los filisteos” (1Sam 6,1)
Devolución del Arca a Israel
Los filisteos, aconsejados por sus sacerdotes y adivinos, decidieron devolver el Arca del Dios de Israel, añadiendo “una ofrenda de desagravio; si os curáis, sabréis que era su mano la que pesaba sobre vosotros” (1Sam 6,3).
La ofrenda consistía en “cinco tumores de oro y cinco ratas de oro, según el número de los príncipes de los filisteos” (1Sam 6,4). Honrad al Dios de Israel, quizá deje así de hacer sentir su mano sobre vosotros” (1San 6,5).
Los filisteos prepararon un carro, pusieron sobre él el Arca y al lado los objetos de la ofrenda; uncieron dos vacas al carro y éstas tomaron el camino de Bet Semes y pararon junto al campo de Josué, un betsemita que estaba segando el trigo. “Los levitas bajaron del carro el Arca y el cofre con los objetos de oro y las gentes de Bet Semes ofrecieron sacricios pacíficoa a Yavé” (1Sam 6,15).
Los habitantes de Bet Semes “enviaron mensajeros a los de Quiriat-Jearim para que les dijeran: Los filisteos han devuelto el Arca de Yavé; bajad para subirla con vosotros” (1 Sam 6,21). Los de Quiriat-Jearim depositaron el Arca en la casa de Abinadab y consagraron a Eliezer, su hijo, para que custodiase el Arca de Yavé” (1 Sam 7,1).
Victoria sobre los filisteos en Masfa
Entre la derrota en el campo de Eben-Ezer y la victoria en Masfa pasaron veinte años.
Samuel inició su gran ministerio como portavoz de Yavé: “Si de todo corazón os convertís a Yavé, quitad de en medio de vosotros los dioses extraños y las astartés; enderezad vuestrro corazón a Yavé y servidle sólo a Él y Él os librará de las manos de los filisteos. Los hijos de Israel quitaron todos los baales y astartés y sirvieron sólo a Yavé” ( 1Sam 7,3-4).
Los israelitas ya tenían con ellos el Arca en Quirit-Jearim, y empezaron a abandonar el culto a los dioses paganos y volverse a Yavé.
Samuel congregó a todo Israel en Masfa y oró a Yavé por ellos. Los filisteos se acercaron a Masfa para atacar a Israel, pero fueron derrotados por los israelitas, quienes tomaron todas las ciudades que los filisteos habían arrebatado antes a Israel.
Vida ordinaria de Samuel
Juzgó a Israel todo el tiempo de su vida. Cada año hacía un recorrido por Betel, Gálgala, y Masfa y, en todos estos lugares, juzgaba a Israel. Luego se volvía a Rama, donde estaba su casa” (1 Sam 7,15-17).
Samuel tendrá, en lo sucesivo, un papel preponderante en la institución de la monarquía en Israel.
(1) A continuación del libro de los Jueces figura el Libro de Ruth, del que ya escribí en su día.
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