jueves, 23 de mayo de 2019

140.- DE ADÁN A JESUCRISTO.CAPÍTULO 13: CAUTIVOS EN MESOPOTAMIA


Mesopotamia está ubicada entre los ríos Eúfrates y Tigris y las zonas fértiles contiguas. Coincide aproximadamente con las áreas no desérticas del actual Irak y la zona limítrofe del noreste de Siria.
En la época de la cautividad existían en Mesopotamia dos imperios que sobresalían entre los demás reinos y ciudades-reino existentes; eran el Asirio en el norte y el Babilónico o Caldeo en el sur. Ambos imperios llevaron cautivos a su territorio.


CAUTIVERIO ISRAELITA EN ASIRIA
Teglatfalasar III, rey de Asiria, en los años 734 a.C. a 732 a. C., quiso expandir su imperio hacia occidente. Atacó a los sirios y convirtió el reino de Damasco en provincia asiria. Invadió el norte del Reino de Israel, bajo el reinado del rey Pecaj, y se llevó cautiva a Nínive a la población de la tribu de Neftalí y a muchos de las tribus vecinas (2 Re 15,29).
Según el Libro de Tobías, en esta deportación iba la familia de Tobías (Tob 1,10).
La última y definitiva deportación de los habitantes del Reino de Israel o Reino del Norte a la capital del Imperio Asirio fue hecha, en el año 722 a.C., por Sargón II, rey de Asiria, reinando en Israel Oseas, que fue su último rey.
El rey de Asiria tomó a Samaría y llevó cautivos a sus habitantes a Asiria” (2 Re 17,6).
Aquí se perdió el rastro de las diez tribus que conformaban el Reino de Israel o del Norte.

CAUTIVERIO JUDÍO EN BABILONIA
En los años 605 a C., a 586 a. C., el Imperio Babilónico o Caldeo era la potencia mundial predominante, su rey era Nabucodonosor II y Babilonia la capital.
Se produjeron tres deportaciones masivas de los habitantes del Reino de Judá a Babilonia.
Primeraen el año 605 a.C., Nabucodonosor II se llevó un grupo de cautivos, entre ellos estaba el profeta Daniel (Dan 1,6).
Segunda, en el año 597 a.C., deportó al rey Joaquín (Jeconías) a Babilonia (2 Re 24,15), a todos los jefes y hombres de importancia, con todos los carpinteros y herreros (24,14) y al mismo profeta Ezequiel (Ez 1,1)..
Tercera, en el año 586 a. C., Nabucodonosor II, atacó a Jerusalén, la capital del Reino de Judá, demolió sus murallas, quemó el Templo y el palacio real, tomó cautivo al rey Sedecías (2 Re 25,7), junto con lo más selecto de la población y los condujo a la ciudad de Babilonia
De esta forma controló Nabucodonosor al Reino de Judá,  llevando cautivos a los dirigentes y dejando a los más pobres para que trabajasen los campos.
Judá quedó en ruínas y muchos optaron por emigrar a Egipto.

Consecuencias del exilio
En el primer instante, los judíos sufrieron una inmensa tristeza por la pérdida de su reino y de su independencia (1).
Con el paso de los años, los exiliados se dieron cuenta de su situación: Estaban como estaban por haber desobedecido los mandamientos de Yavé,
Esto los llevó al arrepentimiento, a la aceptación de Yavé como único Dios y al rechazo de toda clase de idolatría. Tomaron conciencia de que esta es su identidad, la cual los convierte en un pueblo separado, distinto a sus vecinos politeístas (2).
Establecieron las sinagogas como lugares de culto, de oración, de alabanza (3) y de estudio de la Thorá.
Crec un profundo anhelo por la llegada del Mesías, anunciado por los profetas, que establecería el reino judío sobre la Tierra.

¿Cómo fue la vida de los cautivos en Babilonia?
Por lo general, no fueron maltratados, dispusieron de terrenos donde edificaron sus casas e iniciaron sus negocios.
Lo más importante: Gozaron de libertad para circular y para practicar su culto monoteísta y sus tradiciones.
Tanto el libro de Ester como el de Daniel indican que, al menos, un grupo importante de judíos logró en Babilonia un status social elevado, tanto que. tras el edicto de Ciro que les permitías retornar a Judea, muchos rehusaron abandonar Babilonia.

La invasión persa
En el año 539 a.C., el persa Ciro el Grande atacó y conquistó Babilonia, poniendo fin al Imperio Babilónico como reino independiente.
En el 538 a.C. Ciro promulgó un edicto permiendo la vuelta de los judíos a Jerusalén (Esd 1,2-4).
Este edicto otorgó a Judá un estatuto de semiautonomía, probablemente para interponer un estado que le sirviera de parapeto contra el, por entonces, creciente poder de Egipto. Los judíos consiguieron mantener la semiautonomía hasta la época del Imperio romano.

El retorno desde Babilonia a Judá
Tras setenta años de cautiverio, los judíos, que habían llegado a Babilonia cautivos, sin confianza en Yavé, desunidos como ovejas sin pastor, volvían  la tierra de Judá libres, llenos de confianza en Yavé, con la alegría de ser un pueblo unido que ha descubierto su identidad.
Hicieron el retorno  en grupos y años distintos:
El primer grupo regresó a Jerusalén en el 538-539 a.C. bajo el liderazgo de Zorobabel (Esd 2,2). Este primer grupo edificó el altar “y ofrecieron en él holocaustos a Yavé” (Esd 3,3), construyeron el nuevo Templo de Jerusalén y celebraron “con gozo la dedicación de la casa de Dios” (Esd 6,16) y “los repatriados celebraron la Pascua el día catorce del primer mes” (Esd 6,19).
El segundo grupo fue liderado por Esdras en el año 458 a.C. (Con Esdras), subieron a Jerusalén un buen número de israelitas, de sacerdotes, de levitas, de cantores, de porteros y de empleados del Templo” (Esd 7,7).
El tercer grupo está presidido por Nehemías sobre el año 445 a. C., trece años después del segundo grupo y casi un siglo después del primero. En el capítulo 2 de Nehemías se encuentra el detalle de este retorno.

Otros no retornaron a la tierra de Judá
La mayoría prefirió no volver a Judea, sino que optaron por la diáspora (dispersión) en diferentes ciudades.
Una importante comunidad judía se quedó en Babilonia hasta bien entrada la Era Cristiana.
Los que el profeta Jeremías llama “resto de Judá” se fueron a Egipto. Otros, a Alejandría y a diversas ciudades.
La diáspora preparó el camino a la futura evangelización cristiana.


(1) Así reza el salmo 137,1: “Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos y llorábamos acordándonos de Sión”.
(2) Precisamente, desde el cautiverio se llamaron “judíos”.
(3) El salmo 136 es una muestra de esta alabanza.

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